En el mes de las infancias queremos hablar de algo que como adultas a veces nos olvidamos: conectar con nuestra niña interior. Las invitamos a vincularse con la inocencia, la creatividad y la alegría que caracterizan esta etapa de la vida
Nuestra niña interior es esa parte de nosotras que viene de cuando éramos pequeñas. Es como nuestra versión más joven, esa identidad que se formó en la infancia y que sigue con nosotros a lo largo de la vida. Representa nuestros sueños, el deseo de aprender, la curiosidad y el deseo de experimentar, además de mirar el mundo con esperanza. ¿Y cómo hacíamos estas cosas cuando éramos chiquitas? A través del juego, de lo lúdico.
Durante la vida adulta, no solemos dedicar tiempo para jugar. ¿Jugar? ¡Con todo lo que tengo que hacer! Pero el juego es fundamental en la vida de una persona porque tiene la capacidad de activar nuestra creatividad, de divertirnos, de estimularnos y sobre todo, de relajarnos. Es importante permitirnos estas pausas.
Cuando jugamos, nuestros cuerpos liberan endorfinas que nos provocan una sensación de bienestar: nos mejora el humor, nos conecta más con el otro y libera nuestro estrés. Y no sólo es una situación momentánea, sino que un cerebro que está acostumbrado a jugar, encara las tareas cotidianas y laborales de otra manera, con mayor creatividad y calma, haciendo que nuestras jornadas sean más productivas y placenteras. Jugar contribuye al cuidado de la salud mental.
La experiencia lúdica es distinta para cada persona. Lo que me gusta a mí puede no encantarte a vos, así que cada vivencia va a ser única: lo que todos los juegos tienen en común es el compromiso con el momento y la diversión, te sacan de tu rutina y del lugar en el que estás. Y acá va el secreto más importante: sólo se trata de disfrutar el momento, no del resultado final.
Pero por donde empiezo?
Puede parecerte complicado introducir esta pausa en tu vida, pero tranquila, que como todo en la vida, se puede aprender a jugar. A veces nos cuesta entrar en el mood de juego, y aquí el olfato va a ser tu mejor aliado.
Es el sentido que está conectado con la parte más instintiva y menos racional de nuestro cerebro. Un simple aroma puede rápidamente generar una respuesta corporal, como que se haga agua la boca, revivir un recuerdo o relajarse. Por ejemplo, para mi el “olor a Mar del Plata” es el olor de la lona calentada por el sol, porque me lleva a las carpas en la playa en las vacaciones con mis abuelos.
Les dejo un dato que a mi me encanta: el ser humano recuerda el 0,1% de lo que toca; el 0,2% de lo que escucha; el 0,5% de lo que ve; el 15% de lo que saborea; y el 35% de lo que huele. ¿Por qué?
Porque el sistema olfatorio no sigue el mismo camino que otros sentidos. Cuando olemos algo, las moléculas del olor entran por la nariz y llegan al epitelio olfatorio, donde millones de células receptoras captan el aroma y lo envían a los bulbos olfatorios en el cerebro. Desde allí, la información sobre el olor se dirige por dos rutas: una va a la parte del cerebro que maneja la percepción del olor, y la otra llega a una zona relacionada con las emociones, el aprendizaje y la memoria. Esto significa que los olores pueden hacer que recordemos momentos específicos.
Así que un primer paso para prepararte para tu pausa lúdica puede ser aromatizar el ambiente con olores que te lleven a la infancia, que te relajen y te predispongan a vivenciar el juego. Y en este sentido, aunque la infancia para cada uno huele distinto, te recomiendo los aromas de naranja y vainilla. El aceite esencial de naranja nos brinda optimismo y alegría, nos relaja, mejora el estado de ánimo y nos evoca imágenes de la infancia. Por su parte la vainilla reduce las tensiones, nos reconforta, y su aroma dulce conecta con los recuerdos de las cosas ricas de nuestra infancia. Te dejo acá info sobre nuestros ambientadores de cera de soja con aroma a naranja y vainilla
Algunas ideas para jugar de grandes
Aunque tu forma de jugar va a ser personalísima, te dejamos algunas ideas. Estos son los juegos que nosotros elegimos:
- A nosotros nos encanta jugar a las cartas, nuestros juegos favoritos son el As, el Carioca y el Mezcladito (dejanos un comentario si querés que te enseñemos a jugar a estos juegos)
- También tenemos una app en la tablet que se llama Two Player Games, que propone “torneos” de diferentes juegos. Con rondas de 7 juegos distintos y al azar, obtiene la victoria el que más juegos individuales gana. Es divertidísimo, aunque siempre pierdo yo.
- Me gusta mucho hacer manualidades. Concentrarme en una pieza, probar materiales, me super relaja. También descubrí el origami, que trabaja sobre mi paciencia, ayudándome a manejar la frustración, mejorando mi autoestima y llevándome a un estado de relajación que siento como una meditación.
- Nos encanta cantar y bailar. Bailar fortalece nuestro cuerpo, lo hace más elástico, y nos ayuda a soltar emociones negativas. Además bailar con otro nos conecta hermosamente y mejora nuestra comunicación. Y les puedo asegurar que cantar (sobre todo a los gritos) es catártico: descargamos tensiones y nos mejora el humor al ritmo de nuestras canciones favoritas. Con solo un celu podemos improvisar un tremendo karaoke.
- Y también a veces nos sentamos con una caja enorme de lápices y fibras a pintar mandalas o solo dibujar.
Podés hacer un montón de cosas que te conecten con el jugar, y a veces las experiencias pueden encontrarte a vos. Solo tenés que dejarte ir. Una vez fui a una feria a un evento biocéntrico donde nos invitaron a experimentar una clase de biodanza. Y por un rato sentí que volvía a ser chiquita: bailamos, corrimos, jugamos juegos de palmas, me reí descontroladamente como hacía muchos pero muchos años que no hacía. Conecté con una parte de mí que suele estar muy adentro mío. Fue hermoso, y aunque me costó al principio, me dejé ir y realmente disfruté la experiencia.
Les dejo una última idea que nosotros hicimos y nos encantó: competencia de plastilina. Sólo necesitas plastilina de distintos colores y un temporizador. Elegí algunas fotos de figuras de plastilina para copiar, acuerden el tiempo con el que van a contar y compitan! Nos reímos un montón y realmente me llevó a aquellas tardes enteras jugando con la “masa” de mi infancia (salvo por el vino que compartimos ja). Les dejo foto/video de los resultados
Y cuentenme: ustedes juegan? A qué juegan?