Por obvias razones, cuando refresca pasamos mucho menos tiempo al sol. Pero ¿sabías que esto puede tener consecuencias sobre nuestra salud?
Muchas enfermedades, incluyendo las cardiovasculares, autoinmunes o psiquiátricas también muestran patrones estacionales de incidencia y actividad además de otros problemas como una mayor caída del cabello. ¿Por qué? Porque el cuerpo tiene que realizar un esfuerzo suplementario para adaptarse a los cambios de temperatura ya que los mecanismos de regulación se descompensan.
Una de las cosas que nos afecta en esta temporada es la poca exposición al sol. Esto influye tanto en el ánimo como en el metabolismo. El sol, por ejemplo, facilita la síntesis de vitamina D. Pero además hay muchos estudios que plantean que mejora la respuesta muscular, reduce la presión sanguínea y la respuesta inmunológica, disminuye las infecciones respiratorias, mejora la respiración en los asmáticos, reduce el colesterol y aumenta la hemoglobina en sangre.
Así que si no tenés la costumbre de pasar aunque sea 15 minutos al sol todos los días, este es un buen momento para plantearte incorporar este hábito. Si salis a hacer las compras, tomate un ratito y caminá por el solcito. Si te vas a juntar a tomar unos mates con una amiga, proponele hacerlo en la plaza o el parque. Si te lo proponés, podés. No te olvides el protector solar!