Vivimos en un mundo que nos empuja al movimiento constante. Notificaciones, tareas, pendientes, más notificaciones. En medio de ese vértigo, buscamos sentirnos bien. Y cuando hablamos de bienestar, no solo hablamos de emociones: también hablamos de química. Porque sí, sentirnos bien también tiene que ver con lo que pasa en nuestro cerebro. Hoy te invito a explorar dos sustancias clave en este universo interno: la dopamina y la serotonina.
¿Qué son la dopamina y la serotonina?
La dopamina y la serotonina son neurotransmisores, es decir, mensajeros químicos que permiten que las neuronas se comuniquen entre sí. Tienen funciones distintas, aunque ambas están relacionadas con lo que conocemos como «sentirse bien».
- Dopamina: se la suele asociar con el placer, la motivación y la recompensa. Es la que se activa cuando logramos algo, cuando recibimos un «like» en redes sociales, cuando comemos algo rico o compramos algo nuevo. Es rápida, intensa, adictiva. Nos impulsa hacia la acción.
 - Serotonina: se vincula más con el bienestar estable, el estado de ánimo, la satisfacción profunda, el equilibrio. A diferencia de la dopamina, no genera un pico de euforia, sino una sensación más sostenida y tranquila de calma, plenitud y conexión.
 
Placer vs felicidad: ¿qué buscamos?
Una forma sencilla de entender esta diferencia es pensar en placer vs. felicidad. El placer (dopamina) es inmediato, fugaz, a veces compulsivo. La felicidad (serotonina) es más estable, duradera, sutil.
- Comer chocolate → placer.
 - Cuidar tu alimentación durante semanas y sentirte con más energía → felicidad.
 - Ver una serie entera en una noche sin poder parar → placer.
 - Disfrutar de leer un libro en silencio antes de dormir → felicidad.
 - Comprar algo online porque estabas aburrida → placer.
 - Organizar tu espacio y sentirte cómoda en tu casa → felicidad.
 
No se trata de que una sea buena y otra mala. El placer es parte de la vida. Lo importante es no confundirlo con felicidad. Cuando vivimos sólo persiguiendo la dopamina, entramos en una rueda de búsqueda constante, de gratificaciones instantáneas que nunca alcanzan. En cambio, cuando cultivamos momentos que alimentan la serotonina, construimos un bienestar más profundo.
Cómo influye esto en nuestro día a día
La dopamina es clave para motivarnos, pero en exceso puede hacernos sentir agotadas, vacías o desconectadas. ¿Te pasó alguna vez de pasar horas en redes sociales y terminar el día sin energía? Ahí estuvo la dopamina, activa pero sin darte real satisfacción.
En cambio, actividades como caminar al aire libre, meditar, tener una conversación significativa, cuidar una planta o practicar gratitud, estimulan la serotonina. Y no siempre requieren mucho tiempo: a veces basta con unos minutos de pausa consciente para reconectar.
Vivir más lento para sentir más
Nuestra cultura actual privilegia la rapidez. Pero vivir corriendo todo el tiempo no sólo nos estresa: también altera nuestro equilibrio neuroquímico. Por eso, una de las formas más efectivas de cuidar nuestro bienestar es bajar el ritmo.
Tomarnos una pausa, disfrutar de un aroma, preparar una comida con calma, escribir lo que sentimos, mirar por la ventana. Todas esas cosas que parecen pequeñas pueden tener un gran impacto en cómo nos sentimos.
Y esto es clave: la serotonina no aparece cuando estamos apuradas, distraídas o saturadas. Necesita espacio, presencia, tiempo.
Aromaterapia, autocuidado y bienestar real
Desde nuestro enfoque, proponemos una forma de bienestar que no depende del consumo constante, sino de conectar con lo simple. Por eso la aromaterapia relajante puede ser una gran aliada. No solo porque los aceites esenciales pueden estimular la producción de serotonina, sino porque nos invitan a detenernos.
Encender un difusor, tomarte un minuto para respirar profundo, preparar una infusión mientras sentís el aroma de tu entorno: todo eso le dice a tu sistema nervioso que está a salvo, que puede relajarse, que no necesita correr.
Algunas ideas para activar tu serotonina (sin perseguir la dopamina):
- Hacer una pausa consciente en tu día (aunque sea de 2 minutos).
 - Salir a caminar sin el celular.
 - Escribir un pequeño diario de gratitud.
 - Usar un aroma que te conecte con algo lindo.
 - Compartir una charla sin pantallas con alguien cercano.
 - Ordenar un rincón de tu casa para sentirte más cómoda.
 
Un bienestar que no se compra
La serotonina no está en un objeto, ni en una oferta. No se trata de acumular cosas, sino de vivir experiencias que nos devuelvan a nosotras mismas. Que nos recuerden que el bienestar es, en realidad, un equilibrio: entre hacer y descansar, entre placer y felicidad, entre la prisa y la pausa.
Y ese equilibrio no se logra de un día para el otro. Es un camino. Por eso, desde nuestro espacio, te acompañamos a recorrerlo. Para que cada vez más, tu bienestar dependa menos del afuera y más de vos.
