Cuando empieza a acercarse fin de año sentimos que la energía empieza a flaquear. La carga física y emocional es mayor a la habitual, por lo que es muy común sentirnos estresadas, abrumadas, ansiosas e incluso hasta angustiadas.

El pronto arribo del nuevo año nos da una sensación de finalidad y una necesidad de evaluación de lo que hicimos (y de lo que no hicimos) durante el año, de nuestros logros y nuestros pendientes, sumados a la cercanía de las fiestas y toooda la organización y el gasto que ello implica. Es como una bomba emocional lista para estallar si nos miran de más.
Es normal sentir todo esto, nos pasa a todas las personas, aún más a las mujeres. Pero que sea una reacción natural no significa que no podamos manejarla para estar mejor con nosotras y con nuestro entorno. Así que no entres en pánico, acá van algunos consejos que podes poner en práctica este año.
- Escuchate! Permitite sentir todo esto, evaluá lo que sentís. Ese es el primer paso y, para mí, uno de los más importantes.
 - Ordenate y priorizá. Lo mejor es arrancar con tiempo. Yo amo hacer listas que me permitan visualizar las tareas. Si te resulta útil hay muchas aplicaciones para hacerlo digitalmente. Yo soy super analógica y necesito el papel. Distinguí lo urgente de lo importante, y discerní qué es lo que realmente está en tus manos. Planificar de esta manera a mí me saca mucho la ansiedad. Nota mental: postergar proyectos no significa fracasar, es hacerme cargo de mi realidad como la adulta que soy.
 - Asigná un presupuesto a esa planificación, eso evita sorpresas y elimina situaciones de angustia.
 - Asigná tareas. Todos pueden encargarse de algo, aunque sea chiquitito. Es la mejor forma de organizar algo: todos participan y se apropian de la fiesta y no recae todo siempre en las mismas personas.
 - Motivate y dale sentido a las fiestas: recordá por qué nos reunimos realmente. Y baja las expectativas: no todo va a salir perfecto, ni tiene por qué salir perfecto. Si todo fuera genial no tendríamos anécdotas para contarnos, no? Y tratá de ser flexible, en la adaptación va a estar el verdadero secreto.
 - No alteres tu rutina. Los días siguen teniendo 24 hs. No te sobrecargues de cosas porque terminás estallando y sin disfrutar nada. La felicidad y el disfrute está en el camino.
 - En sintonía con lo anterior: tus pausas importan! El descanso y el ocio son fundamentales siempre, más aún en esta época del año cuando estamos más cansadas. Es lo que nos ayuda a regular el estrés. Y si sentimos que estamos con poca paciencia recomiendo practicar yoga, meditación y técnicas de respiración (pueden usar nuestro óleo OM para potenciarlas, se los super recomiendo)
 - Cuidate! Comé saludablemente, tomá mucho agua y seguí tus rutinas de cuidado normales. No te desatientas. Conocé tus límites y si es necesario, acotá tus actividades.
 - Y lo más importante de todo: empatía. Estamos todos cansados y estresados. Estamos todos pasando por lo mismo, cada uno a su manera. Y no siempre sabemos cuáles son los problemas de la persona que tenemos enfrente. Paciencia y amor, no nos enojemos porque es el doble de trabajo. Seamos sinceros, si no podemos con alguna situación, lo mejor es plantearlo. Y si sentimos la necesidad de dar un abrazo, hagamoslo sin reservas. Puede ser justo lo que el otro estaba necesitando.
 
Qué desafío, no? Parece mucho, pero te lo resumo en lo siguiente: no dejes de cuidarte como haces regularmente y planificá con tiempo. El secreto: disfruta todos y cada uno de los pasos con tus seres queridos. Al final, eso es lo que realmente importa.
Un abrazo,
Vicky
