¿Sos víctima regular de las contracturas? Yo sí! Hoy te quiero compartir qué hago yo cuando tengo una contractura en la espalda o cuello.
Es habitual que este tipo de dolores se formen en el cuello, hombros y espalda. Esto ocurre porque son las partes del cuerpo a las que, consciente o inconscientemente, a más esfuerzo sometemos.
Una contractura es una contracción de la fibra de alguno de nuestros músculos. Estos “nudos” pueden tener diversas causas: sobreesfuerzo y/o debilidad muscular, malas posturas, malos estiramientos o movimientos bruscos, baja temperatura corporal, deshidratación (si, chicas, hay que tomar agua!), alimentación incorrecta o insuficiente y por supuesto los procesos emocionales, entre los que no puede faltar el bendito y querido estrés.
Estas causas permiten que establezcamos asimismo los tipos más frecuentes de contracturas para saber cómo tratarlas:
- Postraumática o de defensa: este tipo de contracturas son creadas directamente por nuestro cerebro. Por ejemplo, tras un impacto, este detecta una amenaza y protege las estructuras más sensibles usando el músculo como escudo.
- Postural: estas se generan por haber estado durante mucho tiempo en una determinada posición inadecuada. A mí estas se me generan, por ejemplo, cuando paso mucho tiempo acostada en la cama o el sillón leyendo.
- Por hipotonía: esta surge cuando nuestros músculos están débiles y les pedimos que realicen una contracción por encima de sus necesidades. Por ejemplo, cuando empezamos a hacer una actividad física y al otro día nos duele hasta el alma, porque los músculos reaccionan con espasmos.
Y ahora vamos a las soluciones!
Si tenés una contractura muscular, en primera instancia es bueno bajar un cambio, descansar (sobre todo si los nudos se deben a situaciones nerviosas) y cuidar la zona.
También podés realizar estiramientos para relajar la contractura. Siempre con cuidado, respetando las posibilidades de tu cuerpo. Si podés hacer ejercicio, mejor aún, pero calentá bien tu cuerpo antes.
Calor: el calor es ideal para relajar las contracturas musculares. Yo suelo aplicar calor con almohaditas de semillas o en baños relajantes. Nuestras bombas de baño además tienen sales de magnesio, especialmente indicadas para este tipo de dolores por su acción antiinflamatoria y relajante.
Aceites esenciales: también podés masajear las zonas doloridas con productos aromaterapéuticos. Te recomiendo nuestras barras de masajes que están diseñadas con aceites relajantes y de acción antiinflamatoria.
Si tenés mucho dolor y por un tiempo sostenido, consulta con un profesional. Una vez estuve dos meses pensando que tenía una contractura y tenía un pequeño desgarro. Además un profesional te puede recetar un antiinflamatorio (no soy partidaria de la automedicación, si es necesario, un médico debe decirte qué, cómo y cuánto). Y también podés probar con antiinflamatorios naturales como la cúrcuma, el jengibre o el eucaliptus en infusiones.
¿Vos qué haces cuando estás contracturada? ¿Me contas?